Y un día me levanté y miré a la casita y esta me miro a mí y
pensé, le faltan ventanas. La casa tenía ventanas. En el piso de arriba dos
tragaluces y abajo una ventana y un gran escaparate. Pero en los laterales no había
huecos, me agobiaba tanta pared lisa. Y me dio la locura, abrí más huecos.
En el piso superior dos ventanas, en el inferior otro
escaparate y una ventana mas en el hueco de la escalera.
Medí la superficie de la cómoda donde irá colocada la casita
y me sobraba espacio, así que continuando con la locura se añadió al proyecto
un jardín, más bien huerto, finalmente…. Y la ventana de la escalera se convirtió
en una puerta al susodicho.
Las ventanas del piso superior me parecían pequeñas, un poco
de sierra aquí y allí y quedaron más grandes.
Y nuevas ventanas y puerta se añadieron al montón de teñir y
barnizar. Que dura es la vida del miniaturista….
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