No había explicado que el color elegido para el exterior, es
un maravilloso color borgoña y combinado con las nuevas ventanas y puerta queda
muy bonito.
La fachada tiene una puerta exterior, una ventanita hacia el
hueco de la escalera y un gran escaparate formado por “cristales” más pequeños
que aun estoy a tiempo de retirar y dejar un ventanal de una sola pieza, esta cuestión
sigue sin estar decidida.
Desgraciadamente las ventanas de los tragaluces tenían un fantástico
remate en arco de las que las nuevas ventanas de madera carecían. Rellenar el
espacio vacío en la parte superior, será algo a tener en cuenta más adelante.
Queda mucho trabajo por hacer, más del que parecía posible en una casa tan
pequeña.
Como se había cambiado el sentido de la escalera, en la otra
dirección no cabía la escalera completa, así que cortando por lo sano y
añadiendo un pequeño descansillo se conseguía acceder al piso de arriba. La opción
de no poner escalera e imaginar que iba de alguna manera mágicamente al piso
superior fue descartada casi antes de ser pensada, hay soluciones intermedias
con un inicio de escalera visible a través de una puerta entreabierta, pero
tampoco me terminaba de convencer. Dejare la intriga de cómo quedo para futuras
entradas. Solo adelantar que ha terminado siendo uno de los rincones con mas
encanto del edificio, aunque puede que sea solo amor de madre…..
Las obras, sin embargo, avanzan con una lentitud
desesperante…